Uno de
los momentos más interesantes en una reunión de amigos o recién
conocidos es cuando a uno le preguntan a qué se dedica. Aunque ya va
siendo más frecuente que cada vez más personas acudan al osteópata,
y esto depende de las latitudes en que uno se mueva, sigue habiendo
un desconocimiento general sobre la osteopatía. Siempre se conoce a
alguien que ha ido pero no se sabe exactamente qué hacemos dentro de
nuestras consultas, así que con seguridad habrá una segunda
pregunta... ¿Pero eso de la osteopatía para qué sirve?
Al
principio, uno puede sentirse incómodo o incluso insultado por que
no sepan de qué va. Pero con el tiempo nos damos cuenta de que es
una oportunidad para extender un abordaje terapéutico y una medicina
que puede ayudar a mucha gente a mejorar su calidad de vida. Así,
que ahora, ante esa pregunta, reacciono con ilusión porque todos
tenemos algo que ajustar o mejorar en nuestra cotidianeidad. Y este
es el propósito de este post. Haceros pensar si la medicina
osteopática puede seros de ayuda a vosotrxs
o a alguien de vuestro entorno.
La
osteopatía no tiene nada que ver con crujir articulaciones, aunque
en alguna ocasión utilicemos técnicas de ajuste tipo trust, que así
son como se llaman; ni se limita a problemas relacionados con el
aparato osteomuscular, aunque tradicionalmente es el campo en el que
tenemos más fama... La osteopatía, en realidad sólo trata de hacer
una cosa, ajusta el cuerpo y lo deja en situación para que él mismo
sane y llegue a su estado óptimo de salud. Así, que por hacer, no
hacemos mucho, no curamos nada de nada. El primer principio por el
que un osteópata se mueve es el de que el cuerpo tiene capacidad
para curarse. Y si no lo hace es por que hay algo que se lo está
impidiendo.
Por
tanto, lo más importante para una osteópata o un osteópata es
saber la causa del problema. Puede ser un dolor o una disfunción en
el trabajo de cualquier órgano. Esta disfunción osteopática, que
así la llamamos, puede estar el cualquier lugar (nervio, arteria,
una articulación que no se mueve convenientemente...) y venir de
situaciones diversas (accidentes, hábitos alimentarios, estrés...).
¡Lo primero que hacen la mayoría de personas que acuden a mi
consulta en la primera visita es decir lo que les duele al tiempo que
se van quitando la ropa! Con un aire relajado les invito a sentarse y
a charlar para investigar de dónde viene todo. Muchas veces ves la
cara de extrañeza ante determinadas preguntas o información que se
les demanda (¿Cómo son tus menstruaciones? ¿Duermes bien? ¿Qué
tal en el trabajo o con tu pareja?), pero pronto empiezan a
comprender la interrelación de todos los procesos orgánicos y que
es fundamental para el trabajo del o la osteópata. Un ejemplo vale
más que mil palabras, o al menos eso dicen.
El dolor
de cervicales o cervicalgia es una patología, como dicen los
médicos, bastante común en nuestros días. A decir verdad, la
cervicalgia no es una patología ni una enfermedad y por lo tanto no
puede ser un diagnóstico. Como tampoco lo son las lumbalgias o
lumbagos, o las cefaleas. Todos estos términos pertenecen a la
sintomatología, son síntomas.
- Buenos días, Doctor.
- Buenos días, ¿qué le pasa?
- Mire, me duele esta zona de la espalda, aquí abajo, en las lumbares.
- Ahá, de acuerdo. Usted tiene una lumbalgia. Tómese esto.
Lumbalgia
significa dolor de lumbares y es precisamente lo que el paciente le
dice al médico.
Si
alguien con dolor de cervicales va a la consulta de cualquier
osteópata que se precie, éste o ésta le preguntará si hace bien
la digestión, si tiene estreñimiento, si ha tenido algún accidente
aunque ocurriese en la infancia y cómo fue su parto (por poner un
ejemplo). Porque hay determinadas estructuras que sufren o pueden
sufrir si algo de esto hubiera ocurrido.
Una
restricción en una vértebra producido por un accidente de hace años
puede ir provocando un trabajo extra en las vértebras inferiores o
superiores a ésta y debutar con dolor años después. O una
alimentación que a nuestro sistema le cueste digerir hará que la
estimulación nerviosa que va a las vísceras digestivas sea mayor y
que por tanto la musculatura cervical, que en parte comparte la misma
inervación, se vea sobre estimulada y se contraiga provocando dicha
cervicalgia. El dolor puede ser parecido pero el tratamiento para uno
u otro caso es radicalmente distinto, pues ambas situaciones
necesitan ajustes distintos para que la persona pueda superar la fase
dolorosa. Mientras que en uno se resolverá la falta de movimiento de
la vértebra lesionada en otro bastará con adecuar la alimentación
al tipo de persona y vida que lleve.
Y después
que de la mayor parte de personas hayan aguantado con interés todo
este rollo sobre lo que hacemos los osteópatas y la confianza se va
extendiendo, empiezan preguntas sobre lo que a cada uno les sucede.
“¿Puedes
hacer algo para el dolor en la menstruación?”
Sí, rotundamente SÍ, el /la osteópata SÍ puede hacer algo para el dolor de menstruacción ... yo lo acabo de experimentar. Por primera vez, desde que tengo la regla ( y hace muuuuchos años) he tenido una regla sin absolutamente ningún dolor!
ResponderEliminarSuper positiva mi experiencia. Bravo!!!
Besos slow!
El mejor amigo de mi madre es osteópata y de vez en cuando me pongo en sus manos para un reajuste...Lo bien que va!! :)
ResponderEliminarUn beso!